La importación de alimentos siguió en crecimiento en el inicio de 2025. Los últimos datos del INDEC sobre comercio exterior muestran que en enero se importaron alimentos y bebidas por US$260 millones de dólares, una cifra récord en el ciclo Milei, y que marca un aumento interanual de 87%, superando al 82% que había marcado en diciembre.

El gráfico incluye tanto los alimentos y bebidas para consumo como los intermedios, excluida la soja que se importa para procesarse y reexportarse como subproductos con valor agregado.
La aceleración que se está viendo en 2025 responde a las condiciones macroeconómicas de un dólar artificialmente planchado, con una tablita devaluatoria que pasó de 2% a 1% este año, la caducidad del impuesto PAIS, más la desregulación del comercio exterior y una apertura indiscriminada de las importaciones.
En este sentido en enero se observó una anómala importación de tomate enlatado, un producto que forma parte de la cadena de valor de esta hortaliza en la región de Cuyo. Solo en el primer mes del año se importaron 9.277 toneladas, un volumen que supera a todo lo importado en 2023 y a la mitad de todo lo que se importó en 2024. La novedad es que el producto ya no solo proviene de Chile, sino que comenzó a importarse fuertemente desde China.
En efecto desde el país asiático se introdujeron a la Argentina 5.330 toneladas, contra 3.885 desde Chile, a un valor 7% menor.

El otro producto que continuó la línea ascendente importadora fueron los limones, que en enero alcanzaron las casi 7.000 toneladas, en una crecida meteórica respeto de años anteriores, como se puede apreciar en el siguiente gráfico.

En el caso de los limones, como de otros cítricos, a Chile y Brasil (principales orígenes) comienzan a sumarse países extra-continentales como España y Egipto, incluso con valores muy inferiores a los de los países limítrofes, ya que contra 1,43 dólar por kilo del producto chileno, el egipcio ingresó al país a 86 centavos de dólar ya nacionalizado. Incluso en enero Egipto exportó a la Argentina 1.070 toneladas de naranja, sobre un total de 1.407 toneladas, con España completando el resto. Como se observa en el siguiente cuadro, el crecimiento interanual de las importaciones de naranja ronda el 700 por ciento.
Claramente, a excepción de la yerba mate y las zanahorias, todo el resto de los productos analizados muestran incrementos significativos de un año a otro. Como venimos sosteniendo desde el IDAA en los informes previos, se trata de alimentos producidos en la Argentina y de alto impacto en las economías regionales y su tejido social.
La continuidad de esta política impactará en los sectores productivos ya que se verán obligados a alinear sus precios en función de los importados –considerando que en muchos casos pueden llegar gracias a mecanismos de dumping en origen- y no de sus costos, o a dejar la actividad, lo cual se sentirá en aquellos productores de menor escala.